La soledad en el entrenador
«Tuve un viaje muy próspero gracias a sufrir un naufragio». Zenón.
Hace pocos días un entrenador me hablaba sobre la soledad que siente en su cargo y cómo esta sensación está afectando a su trabajo, alejándole de su equipo y de sus objetivos. Todos los entrenadores y deportistas saben que la derrota es un lugar solitario. Sin embargo, la mayoría desconoce que incluso en la victoria, los entrenadores a menudo se sienten solos. Esto se debe a las exigencias especiales de la profesión de entrenador y a las dinámicas de poder naturales que conlleva el trabajo.
La soledad como parte del trabajo del entrenador.
Los entrenadores se enfrentan a un conjunto único de circunstancias que hacen que su trabajo diario sea algo solitario: desde la preparación de las tareas de entrenamiento al planteamiento táctico de la competición. Esto ocurre incluso con entrenadores de élite que, aunque tienen un equipo de trabajo de su entera confianza seleccionados por sus competencias como auxiliares (segundos entrenadores, preparador físico, etc.), no cuentan con apoyos directos significativos que ayuden en la gestión de la incertidumbre que todo juego tiene implícito.
Una de las principales fuentes de soledad proviene de su papel de principales responsables de la toma de decisiones. En última instancia, los entrenadores son responsables del éxito o el fracaso de sus equipos, y esto puede suponer un pesado lastre. En el deporte de élite, todos los entrenadores saben que han sido contratados para lograr unos objetivos determinados. Si no logras el objetivo, e incluso si parece que no lo lograrás, es muy probable que no sigas en el cargo.
Por último, los entrenadores a menudo se ven envueltos en luchas de poder con otros miembros del equipo. En un equipo, como cualquier otra «sociedad», conviven diferentes intereses y diferentes puntos de vista que al chocar pueden generar conflictos. El entrenador, como la máxima autoridad, debe saber gestionar conflictos con eficacia y eficiencia, poniendo el interés del colectivo y su sostenibilidad en una balanza compleja que, potencialmente, pueden incrementar la sensación de aislamiento y soledad.
Las dinámicas internas de los clubes como precursores de la soledad del entrenador.
La profesionalización del deporte ha hecho que muchos profesionales tengan cabida en las estructuras de los club. Esto que es muy beneficioso en general también tiene sus espacios oscuros. Los entrenadores han visto como su participación en asuntos que antes eran de su competencia han dejado de serlo y se encuentran aislados de los demás miembros de su organización. Aunque a menudo son el miembro del equipo con más influencia en los deportistas a su cargo, pueden sentirse separados del resto de la organización al no ser participes de las dinámicas del club o tener una voz residual en la toma de decisiones en el ámbito de su competencia (por ejemplo, el diseño de plantillas). Lo que puede generar una sensación de soledad o aislamiento que no ayuda en la toma de decisiones o en el desarrollo de estrategias a medio plazo.
El caso especial de los entrenadores de base o formación, cuyas responsabilidades principales residen en la captación y el desarrollo de talento, pueden verse involucrados en luchas internas que generen en ellos la sensación de aislamiento en un trabajo cuyo fruto rara vez se ve en el plazo corto pero que está cargado de exigencias en un tiempo muy corto.
Las consecuencias de la soledad del entrenador.
La soledad, independientemente de las causas que la provoque, es un enemigo al que se debe tomar muy en serio ya que puede tener consecuencias muy negativas como el estrés y la ansiedad, que afectará de forma general a la salud mental y física, pero también de manera específica y directa al desempeño de las tarea ejecutivas de los entrenadores como, por ejemplo, dificultando la toma de decisiones o reduciendo su motivación.
A modo de conclusión, un caso de éxito: Pep Guardiola y Manel Estiarte.
Los entrenadores se enfrentan a un conjunto único de retos que pueden hacerles sentir solos y aislados. Mientras sus equipos a menudo se bañan en el resplandor de la victoria, los entrenadores pueden sentir el peso de sus responsabilidades y la ansiedad de la lucha por el poder. Aunque esto es parte del trabajo de entrenador, puede ser especialmente doloroso. Para muchos entrenadores, encontrar un sistema de apoyo que entiendan las exigencias del trabajo puede ayudar a aliviar la carga y crear un contexto que provoque el crecimiento personal y profesional.
Pep Guardiola, probablemente uno de los mejores entrenadores de todos los tiempos, habla así de la importancia que Manel Estiarte tiene para él:“Es más que un amigo, entiende lo que está sucediendo en el vestuario porque fue uno de los mejores atletas de la historia. Tiene la percepción y el sentido de lo que puede suceder en este entorno y, para mí, sus opiniones son muy valiosas porque comprende muchas cosas que no puedo leer ni ver por mí mismo».
Como coach deportivo especializado en trabajar con entrenadores y entrenadores te acompañaré para superar esta soledad desde un enfoque integral que te permitirá desarrollar tu liderazgo fortaleciendo tu capacidad para inspirar y motivar, mejorar tu comunicación para generar relaciones sólidas con tus jugadores y encontrar un equilibrio que te permita poner el foco en tus objetivos.